El sueño de Lupita
Un cuento corto
Crriiikk... La puerta de su casa se había
abierto. Ella conocía el sonido de la puerta y sabía que su padre había vuelto
de trabajo. Ella saltó de la cama con su muñeca, Esperanza, y corrió a la
cocina para abrazar a su padre.
--¡Hola guapita! ¿Cómo estuvo la escuela? Su
padre le dijo.
Le abrazó y respiró. Su hija, Lupita, tendría
ocho años el próximo mes y finalmente él podría darle a su hija la vida que se
merecía.
--Lo pasé bien. Pero en la escuela hacía
mucho calor y tenía sed todo el día. ¡Ay caramba! Y otra vez, la maestra no
llegó a clase y un estudiante mayor nos enseñó y tuvimos mucho tiempo libre. ¡Pero,
jugamos futbol y yo marqué un gol!
-- ¡Qué padre, un gol! ¿Pero no estudiaste
mucho, Lupita?
--... un poco...
El padre de Lupita bajó su cabeza y estuvo
mudo por un minuto.
Finalmente, él le dijo --Alcancé un gol hoy
también. Vamos a mudarnos a los Estados Unidos. Por fin, tenemos suficiente
dinero para pagar un viaje para cruzar la frontera.
Lupita no entendió.
-- ¿Vamos de vacaciones... Para mi
cumpleaños?
-- Algo casi así. Pero vamos a ir un poco
antes de tu cumpleaños. Puedes llevar Esperanza
con nosotros. Mi hija, no te preocupes. Será una aventura. -- Su padre le dijo.
Él fue a comprar comida para la cena y Lupita
regresó a su dormitorio para soñar con Esperanza. Ella empezaba soñar con algo
que había visto por la televisión, la película “Home Alone/Sólo en Casa.” Soñó
que todas las familias de los Estados Unidos eran grandes y todos los hermanos
estaban felices como en la familia de Kevin McCallister. Quizás podrían vivir
en una casa grande y crearían un plan de protección para cuando los ladrones intentaran
robar su casa. Su sueño continuaba a volar de un pensamiento a otro y regresó a
su muñeca. Lupita actuaba como Esperanza y ella eran hermanas e iban de
vacaciones donde viajaban a los Estados Unidos para vivir con Kevin y su
familia...
--Hola hermano, Kevin
--Hola hermana, Lupita. ¿Quieres jugar con
mis juegos? Tengo muchísimos y todos son divertidos. Podemos competir en un
deporte o podemos jugar en mi casa de juguete, patinar sobre hielo, o ir a la
tienda y comprar dulces... ¿Qué quieres hacer?
Los ojos de Lupita estaban grandes y
estupefactos. Ella puede escoger lo que quiere hacer. Podría estar las calles
sin el miedo de las pandillas, o compraría algo sin el permiso de su padre.
Esta vida estaba perfecta en la mente de Lupita.
--¡Vamos a la tienda para comprar dulces!
¡Nos vamos!
Ella no quería perder la oportunidad de comer
dulces gratis sin que su padre se diera cuenta.
Los dos hermanos fueron a la tienda y se le
hizo agua la boca. Nunca había visto una tienda más limpia y llena de dulces.
Había dulces blancos, rojos, verdes, azules, una mezcla de todos, y más. No entendía
cómo la gente de los Estados Unidos comería todos los dulces. Lupita pensó que era
imposible.
Ella empezó a tomar muchos puñados de los
dulces sin pensar. Ella pensó que pudiera tomar todos los que quisiera.
Cuando Kevin se dio cuenta de qué estaba
ocurriendo, él le dijo
--no vendas la piel del oso antes de matarlo...
o en este caso, no comas todos los dulces antes de comprarlos.
Lupita frunció el ceño y empezaba a pensar...
Cuando Lupita abrió los ojos, ella se dio
cuenta que no tendría expectativas sobre la vida en los Estados Unidos. Su
padre y ella no sabían dónde vivirían o cómo vivirían. Solamente sabían que necesitaban
buscar una vida mejor y juntos. Lupita no sabía si tendría todos los dulces, o
una casa grande, lo más importante era que su padre y ella encontrarían una
vida mejor y estarían juntos.